Soy buena en empatía y en la escucha activa, soy buena habladora y eso que a los dos años aún no había dicho nada, se ve que me estaba reservando porque un día arranqué y aún no he parado, soy buena parloteando internamente en un bucle continuo, soy buena en la indecisión, en el postergar y en darle cien vueltas a todo, me adapto rápido, soy buena en simpatía, en bondad y en vestir una gran sonrisa, soy buena en resiliencia, y en tropezar y levantarme, soy cabezona, inquieta y un nervio andante, soy buena compañera de trabajo y buena en amistades de años, soy buena en guardar secretos, soy buena en ser la payasa del grupo y tengo matrícula en buen humor, soy buena en no tener paciencia para casi nada ni para la acuarela ni para la guitarra ni para una buena meditación, pero después de llevar más de veinte años trabajando en un centro ocupacional, en seis residencias y en dos hospitales me he dado cuenta de que una vez entro por la puerta me convierto en la reina de esa paciencia, soy buena en dar ánimos, a los pacientes a los abuelos y a los usuarios, y en dar conversación sobre todo a los que están solos, soy buena en recibir golpes, en que se colme el vaso con la última gota que avisa del cambio, soy buena en sobrevivir y en aprender a ser yo misma.
GEMA MANSO SUTIL